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Como el dicho dice el lenguaje crea realidades. Desde esta primicia nace la disyuntiva de que terminos debemos emplear al hablar con una persona en condición de discapacidad visual. Por un lado tenemos terminos que aluden a nuestra realidad proxima la cual se establece en un mundo visual con formas, colores, tamaños y otras diversos elementos que en primer caso entran por la via visual para au reconocimiento, clasificación y uso. Es por ello que en el lenguaje cotiano no hay ningun problema hacer referencia a acciones que aludan a descripciones u cualidades de objetos o personas.
Se tiene que ser lo más preciso al dar una instrucción o describir una situación esto permite contar con toda la información necesaria para tener acceso de manera más directa a los distintos elementos y situaciones que nos rodean. Si esto por alguna razón no se cumple, existe la posibilidad de caer en una ambigüedad que puede llevar a errores en acciones cotidianas que afecten la seguridad de la persona con discapacidad visual.
La persona con discapacidad visual no debería sentirse ofendida o pasada a llevar con la integración de conceptos visuales en el lenguaje cotidiano, más bien debería sentirse menospreciada sino se le otorgará la información requerida para su desenvolvimiento de manera lo más autónoma.
