Editar un texto en Braille es una tarea que no debería ser un trabajo tan difícil si se cuenta con el dominio del sistema Braille más la implementación de tecnologías como la impresora Braille y los softwares respectivos e insumos como hojas con el gramaje correcto. Estos últimos elementos mencionados quedan ajenos a solo saber escribir y contar con una regleta. Sin embargo son instrumentos necesarios para hacer una edición y producción correcta abaratando tiempo y dándole un aspecto correcto para su distribución en menor o mayor escala.
La barrera que impone la edición y producción de material es el alto costo que tiene por ejemplo una impresora Braille, la cual bordea los 2000 dólares como mínimo. Además si agregamos que las hojas especiales para imprimir poseen un valor muy elevado en comparación al papel normal de impresión en tinta, este es un punto relevante si se considera que por una hoja de texto normal se deben considerar 3 en sistema Braille . Otro elemento fundamental en la edición es el software para traducir y diagramar texto e imágen el cual puede llegar a costar más de 500 dólares en su versión completa, claramente existen alternativas de programas pero su compatibilidad y opciones quedan limitadas no siendo accesibles para todo proyecto a realizar.
Considerando los costos de producción de un texto Braille en comparación a uno de tinta, los precios de venta se elevan en demasía no siendo un material barato de adquirir. Por otro lado el contar con un público específico menor al de un texto regular, considera una proyección de rentabilidad más reducida.
A pesar que la producción de material en Braille no sea rentable la divulgación de este sistema cada vez es más utilizado en el mundo cotidiano desde textos escolares adaptados o incluso en la carta de los restaurantes.
Rodrigo Frez Berríos educador diferencial especialista en dificultades de aprendizaje y discapacidad. Director sindiscapacidad.